Alguna vez has
caminado las calles de La Habana en una tarde de verano de este dichoso mes de
mayo, gozando de la conocida
hospitalidad cubana, del paisaje de su arquitectura detenida en el tiempo y
sufriendo por qué no, un sol tropical decidido a deshidratar? Pues así andaba yo, víspera del día de las
madres, una celebración casi religiosa en Cuba, en mi empeño de desentrañar los
misterios de la alta cuisine cubana.
Te cuento un
secreto querido amigo visitante, nunca podrás descubrir los secretos de una
ciudad, si tan solo caminas por las avenidas. Diciendo y haciendo, me alejo de
la archiconocida esquina 23 y L y su hotel Habana Libre en el corazón del
Vedado habanero. Pues nada, no sé si es suerte o esta buena estrella mía de viajero,
que a solo 2 cuadras del mencionado hotel, me he topado con este cartel que
reza como oasis en el desierto, La Moraleja. Intrigado por la combinación de
recurso literario y el delicioso olor de la comida cubana, he quedado atraído
como Hansel y Gretel ante
la casa de caramelos.
De
golpe a la vista del curioso visitante asalta una fiesta de profesionalidad, diseño
paisajista exquisito, lujo, gusto y elegancia. Bienvenido por el atento
personal de servicio, me inclino por una de las mesitas bajo el cielo
capitalino, bajo el toldo de enredaderas naturales y violetas, ansioso por ver
que maravillas del paladar esconde este refugio de urbanidad.
Mi
elección para el almuerzo fue una refrescante comida marítima, salmón
acompañado de berenjenas, antecedidos de una crema de malangas con mojitos
cubanos. El pescado lo pedí con un blanco francés, y para terminar un postre
nacional con base de leche, ya sé que piensan en el exceso de calorías, pero créanme
que la tarde lo merecía.
Personalmente
he quedado prendado de este lugar, mi única sugerencia sería en el tiempo de
intercambio entre los entrantes y el plato fuerte, se han tardado un poco, pero
el ambiente entretiene el rato. Como siempre he consultado con esta buena herramienta de búsqueda de restaurantes en la Habana online y podido observar los datos
elementales de La Moraleja y excelentes fotos y localización.
Nada
amigos que esta Habana y su menú realmente ofrecen un mar de intrigas culinarias
y como dedicado Sherlock a su misterio, me comprometo a desentrañarlos para
luego comentarlos con Uds. y esperar como humilde pago para mis esfuerzos el
placer del debate.